Solo quedaba un estrecho pasadizo que conducía
de la entrada a la habitación de Chloé.
Isis pasó la primera y después Nicolás.
Durante el sueño no valía la pena y volvían
las manchas rojas de sus mejillas.
Sus ojos eran dos marcas azuladas
y de lejos no se sabía si estaban abiertos.
La luz ya no entraba mas
que en forma de una estrecha franja.
Colin solo tenia iluminados la frente y los ojos.
El resto de su cara vivía en sombra.